La vida de León Febres-Cordero se podría resumir en dos cualidades: liderazgo y vocación de servicio. Fue exitoso en todo lo que emprendió, a nivel personal, en el sector público y en el sector privado. A los 47 años, cuando ya se había consolidado como empresario y administrador de negocios, decidió retirarse de su vida empresarial, y entregarse por entero a mejorar las vidas de los ecuatorianos, en especial los de menores recursos.
Ingeniero mecánico graduado en el Stevens Institute, Estados Unidos, con estudios en Matemática pura, con los años de servicio público descubrió que habría sido un excelente abogado, por su capacidad analítica. Su vocación de servicio lo convirtió en un autodidacta de la historia y la política, así concluyó que la mejor ideología era la Economía Social de Mercado, con la que Alemania se había reconstruido después de la Segunda Guerra Mundial. Así, LFC fue el primer presidente de Latinoamérica en impulsar la economía social de mercado. El crecimiento económico y la multiplicación de exportaciones fueron los frutos inmediatos de esa decisión.
Finalmente, nos hacemos eco de las palabras con las que Carlos de Tomaso, uno de los jóvenes abogados que asistió a LFC en su segundo período como alcalde de Guayaquil, describe a nuestro padre:
“León Febres-Cordero fue un luchador, un guayaquileño madera de guerrero, un libertario con profundo sentido solidario en función del bienestar de los pobres; un administrador nato, y constructor por naturaleza; hombre de decisiones firmes y de admirable sentido de aplicación del principio de igualdad ante la Ley; jefe que predicaba con el ejemplo en todo sentido; líder natural, excelente persona, gran consejero e inolvidable amigo.”
León Esteban Francisco Febres-Cordero Ribadeneira nació en Guayaquil el 9 de marzo de 1931, sus padres fueron Agustín Febres Cordero Tyler y María Ribadeneyra Aguirre.
Fue el sexto de siete hermanos (Nicolás, Agustín, Mercedes, Delia, María Auxiliadora y Leonor).
Se educó en el Colegio Salesiano Cristóbal Colón y viajó a los Estados Unidos a la edad de 16 años, donde completó su secundaria en Charlotte Hall Military Academy, y The Mercersburg Academy de Pensilvania.
Se casó en la ciudad de Salinas, el 14 de enero de 1954, con Eugenia Cordovez Pontón.
Del enlace nacieron cuatro hijas: María Eugenia Febres-Cordero Cordovez (Guayaquil, 1954). María Fernanda Febres-Cordero Cordovez (Guayaquil, 1956). María Liliana Febres-Cordero Cordovez (Guayaquil, 1958). María Auxiliadora Febres-Cordero Cordovez (Guayaquil, 1960).
Tras 36 años de matrimonio, la pareja se divorció después de terminado el periodo presidencial. El 7 de febrero de 1992, LFC se casó con Cruz María Massuh, matrimonio que duró hasta la muerte de Febres-Cordero.
Tras graduarse con honores y habiendo destacado como deportista en el Stevens Institute of Technology, única universidad que en esos años otorgaba el título de ingeniería mecánica, regresó a Guayaquil para iniciar su carrera profesional prestando sus servicios en las empresas e industrias más importantes, a las que con sus conocimientos y orientación impulsó hasta hacerlas lograr un gran crecimiento.
La experiencia obtenida durante su desarrollo laboral le dio la confianza suficiente para establecer su propia empresa Compañía Santos y Febres Cordero en la que ofrecía servicios eléctricos.
Tuvo su primer trabajo en la Cervecería Nacional, en donde se desempeñó como Ingeniero Mecánico. De ahí pasó a la Empresa Eléctrica de Guayaquil. Enseguida formó, junto al ingeniero Aníbal Santos, su propia empresa: Compañía Santos & Febres-Cordero, que prestaba servicios de ingeniería mecánica y eléctricos.
En 1960 fue profesor de ingeniería de la Universidad de Guayaquil, y comenzó a tener compromisos más relevantes al ser elegido Presidente de la Asociación de Industriales Latinoamericanos, así como en la década siguiente al tomar cargo como Presidente de la Cámara de Industriales de Ecuador.
En 1961 funda junto a sus hermanos Ecuasal S.A. Desde esa época y gracias a sus notables éxitos en el campo empresarial se empezó a proyectar como gran figura pública, lo que permitió que en 1966 fuera elegido Diputado Funcional por la Industria de la Costa a la Asamblea Constituyente, y dos años más tarde Senador por la Industria de la Costa al Congreso Nacional.
Más tarde, el magnate Luis Noboa Naranjo lo contrató para que administrara sus empresas más importantes. Fue gerente general de Industrial Molinera, Sociedad Anónima San Luis, Sociedad Anónima San Alfonso, Cartonería Ecuatoriana, Papelería Nacional y Textil Interamericana de Tejidos. En la actividad gremial incursionó al frente de la Cámara de Industrias de Guayaquil, de la que logró ser tres veces presidente entre los años 1974 y 1980, y de la Federación Nacional de Cámaras de Industrias.
Defensor apasionado de la democracia, los derechos constitucionales y la libertad, en 1973, cuando era el máximo ejecutivo de las empresas de Luis Noboa Naranjo, lideró un grupo de oposición al gobierno dictatorial del Gral. Guillermo Rodríguez Lara. Y, aunque ganó un juicio al régimen por un impuesto de importación de trigo que le quiso cobrar la dictadura, fue a prisión por supuesta evasión de impuestos, junto a Enrique Ponce Luque, en calidad de administradores de las empresas de Noboa.
Estuvo preso 93 días (en 1973) en la celda N° 1921 de la Penitenciaría de Guayaquil.
A los 35 años, Febres-Cordero formó parte como asambleísta constituyente del órgano legislativo, participando en la redacción de la constitución, que fue aprobada finalmente el 25 de mayo de 1967.
En 1968 regresa al Congreso como Senador Funcional como representante de los sectores productivos, Luego fue parte de la segunda Comisión de Economía y Finanzas del Congreso, hasta que Velasco Ibarra se declaró dictador en 1970, y disolvió el Parlamento ecuatoriano.
Su labor en el campo empresarial fue reconocida por todos los círculos industriales, y por tres períodos consecutivos fue elegido como Presidente de la Cámara de Industrias, desde 1974 hasta 1980.
En 1979 fue elegido una vez más a la Cámara Nacional de Representantes, donde se convirtió en el más fustigante opositor al gobierno del Dr. Osvaldo Hurtado Larrea.
Inició entonces una serie de intervenciones para denunciar las irregularidades que se cometían durante dicho régimen, y en defensa de los intereses nacionales interpeló y logró la destitución o renuncia del Ministro de Gobierno, Dr. Carlos Feraud Blum; del Econ. Dávalos, gerente del Banco Central; y del Ministro de Recursos Naturales, Sr. Eduardo Ortega Gómez.
Desde el primer día de su gobierno los partidos de oposición, y todos aquellos a quienes había derrotado y desenmascarado, desataron una feroz y apasionada campaña destinada a dificultar su labor; pero su habilidad y personalidad política le permitieron sortear con tino todos los obstáculos y sacar al país adelante.
En los primeros meses de 1992, obedeciendo a un llamado popular, aceptó su postulación como candidato a Alcalde de la ciudad de Guayaquil.
El 10 de agosto asumió la alcaldía y ese mismo día se inició la reconstrucción y el resurgimiento de Guayaquil, que empezó a vivir una transformación destinada a proyectarla hacia el futuro.
A principios de 1996, último año de su gestión como Alcalde, la ciudad había cambiado de aspecto y los guayaquileños, en multitudinaria manifestación le expresaron su deseo de que continúe en la alcaldía. Presentó entonces su candidatura a la reelección y en las elecciones celebradas el 19 de mayo, por votación nunca antes vista fue elegido para una segunda administración municipal.
Pero el “viejo león” -que no estaba dispuesto a irse a dormir sus en sus laureles- prometió continuar vigilante y activo en su actividad política, y así lo hizo a partir del 2002, cuando nuevamente fue elegido Diputado.
León Febres-Cordero murió en su ciudad natal, Guayaquil, el 15 de diciembre del 2008.
Sus funerales se realizaron durante tres días, del 15 al 17 de diciembre de 2008, en la Catedral Metropolitana de Guayaquil, las calles aledañas a la basílica estuvieron cerradas al tráfico vehicular, las tres puertas de la Catedral permanecieron abiertas desde las siete de la mañana hasta las doce de la noche para recibir una multitud de seguidores que constantemente entraban y salían de la catedral, acompañados de autoridades y personalidades que asistieron a las honras fúnebres de Febres-Cordero.
© 2022 Todos los derechos reservados.