En palabras de León Febres-Cordero:
“No tengo ninguna identificación ideológica con Fidel Castro, y más allá de que Fidel Castro es un dictador y gobierna de hecho y no de derecho, no puedo, pues, restar su capacidad intelectual, su carisma, y el impacto que ha tenido en el mundo contemporáneo. Yo no coincido absolutamente en nada de lo que piensa Fidel Castro ni con nadie que esté en contra de los principios democráticos, sin embargo, tenemos una excelente amistad.
Es un hombre impresionante en cuanto a su capacidad de exposición y a sus convicciones con las que yo no coincido, pero que tengo que respetar. Por supuesto que hemos discutido nuestras diferencias de pensamiento, y a fondo, a tal punto que yo recuerdo que cuando me despedí de Cuba, al terminar mi visita oficial, ya embarcado yo en el avión, para regresar a mi país, dio una rueda de prensa a la prensa internacional, donde periodistas de izquierda lo criticaron de alguna forma, por haberme invitado y haberme recibido, siendo yo un hombre de derecha, y su respuesta fue tajante: “hay una coincidencia entre Febres-Cordero y yo, ambos queremos el bienestar de nuestros pueblos, yo por la vía de la revolución izquierdista, y él por la vía de la derecha”.
La visita mía a Cuba tuvo una trascendencia muy especial; Cuba estaba aislada, ningún jefe de Estado del Continente americano, entendiéndose Norte, Centro y Sudamérica, visitaba Cuba; yo rompí el aislamiento de Cuba, y mi visita oficial a Cuba, como presidente democrático de una República como la del Ecuador, sirvió para que posteriormente, otros presidentes latinoamericanos, inmediatamente visiten Cuba, y cada uno aprecie, desde su propio punto de vista, los éxitos o fracasos de la revolución cubana.
Fidel es un hombre muy especial, puede ser comunista, puede ser totalitario, pero es un hombre con quien se puede hablar, más allá de que se pueda discrepar a fondo y hablar con franqueza y con claridad, como hemos hablado él y yo más de una ocasión”.