Pero el “viejo león” -que no estaba dispuesto a irse a dormir sus en sus laureles- prometió continuar vigilante y activo en su actividad política, y así lo hizo a partir del 2002, cuando nuevamente fue elegido Diputado.
Para el 2006, varias afecciones a su salud lo obligaron a retirarse de la vida pública. Aparecieron entonces los valientes insultadores que, sabiendo que “el felino ya no quería rugir”, volcaron contra él todo el odio y las frustraciones reprimidas durante varios años de complejos e incapacidad.