El respaldo y apoyo, silencioso pero efectivo, a la actividad cultural que dio Febres Cordero fue grandioso, no solamente casa adentro sino también para afuera, como se evidencia en la positiva transformación del manejo, conducción y operación de la Biblioteca y del Museo Municipal, así como con la Ordenanza de Fomento a la Cultura a través de la cual se materializa la ayuda económica anual para entidades como la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas, la Orquesta Sinfónica de Guayaquil, el Conservatorio Nacional de Música “Antonio Neumane” y la Fundación de Difusión y Desarrollo Coral.
Trabajar intensamente en la recuperación de la identidad cultural de nuestro pueblo, difundiendo nuestra historia como medio para lograrlo; resaltar los valores éticos y morales de nuestros ancestros en charlas, exposiciones, conferencias; transmitir el acervo cultural, fue una preocupación constante del burgomaestre. “… os convoco guayaquileños de nacimiento y corazón, a ser los custodios de nuestro pasado y velar porque nadie se atreva, nuevamente, a ofender a la ciudad, ultrajándola desde la función pública o cualquier otra posición. Sed dignos custodios y defensores del espíritu guayaquileño que en estas dependencias (Biblioteca y Museo) se representa y se respira”.
“… os convoco guayaquileños de nacimiento y corazón, a ser los custodios de nuestro pasado y velar porque nadie se atreva, nuevamente, a ofender a la ciudad, ultrajándola desde la función pública o cualquier otra posición. Sed dignos custodios y defensores del espíritu guayaquileño que en estas dependencias (Biblioteca y Museo) se representa y se respira”
La exhortación se justificaba porque el abandono de esas dependencias llegaba a límites extremos, el impulso que se les dio merecían una atención especial. No podía ser de otra forma, por ejemplo, en el caso de la Biblioteca donde hubo que partir desde la integral rehabilitación del espacio físico que ocupaba, pasando por la climatización, modernización y actualización del fondo bibliográfico, lo que permitió la recuperación de más de 40.000 periódicos, lo mismo que por lo menos de 3 millones de documentos de invalorable importancia histórica, que terminaron siendo organizados.
Se creó la primera biblioteca sonora y Braille para no videntes, varios servicios fueron automatizados para beneficio de los usuarios, se crearon bibliotecas en los Centros Municipales de Atención Integral (CAMIS), se puso en marcha el proyecto de Rescate Editorial, para publicar lo más selecto de nuestra historia y obras inéditas que por décadas se mantuvieron en el anonimato; e igualmente un proyecto editorial sobre los principales monumentos de la ciudad, editándose los de la Plaza del Centenario, Vicente Rocafuerte, José Joaquín de Olmedo, Antonio José de Sucre y del Malecón Simón Bolívar.
Mientras, innumerables actividades devolvieron el honor y la dignidad al Museo Municipal. Como muestra está la creación del Museo Histórico y las salas de Arte Sacro y de Numismática; los talleres de Serigrafía y Fotografía; la conformación de la Orquesta de Cámara y del coro de niños “Juan Pueblo” (con pequeños que viven en los barrios suburbanos); la exposición de museos itinerantes (en los colegios de la ciudad); por primera vez la edición de boletines semestrales y de libros monográficos dedicados exclusivamente a la tarea desarrollada por el Museo; la restauración profesional, permanente, de las piezas que allí se guardan. En fin, una labor encomiable, reconocida por todos.
“Conciudadanos, no quería dejar la Alcaldía, con que vosotros me honrasteis, sin reabrir, éste, vuestro Museo. Por eso guayaquileños os lo entrego, con mi sentida oración porque el recuerdo de las glorias que aquí se testimonian os acompañen e inspiren constantemente en la lucha, que nunca cesará por la conquista de un porvenir de paz y de progreso para nuestros descendientes. Que el espíritu de la raza a las que se pertenecen los hombres y mujeres, cuyas gestas aquí se relatan, sea el fanal que guíe los pasos de la ciudad y de sus hijos para ser dignos del nombre, de la lucha y de las glorias de nuestros antepasados”.
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