“Esto que se ha dado por llamar como justicia social, bien común, equitativa distribución de la riqueza, incorporación de las masas marginadas al desarrollo económico de un país; en fin, todo lo que significa desarrollo económico con justicia social, no es ni puede ser patrimonio del Marxismo ni de la Izquierda, tiene que ser un concepto vital y vivo dentro de la manera de pensar de todo hombre moderno que vive la realidad del mundo actual 1978.
El empresariado ecuatoriano, como todos los sectores de la raza humana está evolucionando, y está evolucionando en forma positiva. Comprende y vive el hecho de que la empresa, sea esta industrial, comercial o agropecuaria conlleva un fin social.
Yo creo que el mundo actual está polarizado, que el mundo vive dos ideologías, dos sistemas de gobierno perfectamente definidos. Por un lado el régimen Marxista, que propende el desarrollo del hombre, pero que conculca la libertad individual. La antítesis: el capitalismo democrático, que también busca el desarrollo integral del hombre, pero sin conculcar la libertad. El uno conculca la libertad, el otro estimula, acrecenta la libertad.
El capitalismo se inicia como una explotación del hombre por el hombre, pero evoluciona y se transforma a lo que hoy se ha dado por llamar como el capitalismo democrático, el capitalismo progresista, que cree y sostiene que el capital en manos del sector particular, del sector privado es necesario para fomentar y propender a la riqueza de todos, y democrático, porque respeta la libertad individual y la libertad política de los hombres.”