Una muy vieja aspiración de los vecinos de esta ciudad era contar con túneles que permitieran enlazar el centro y sur con el norte y con el puente de la Unidad Nacional. Esta habría de ser realidad tras la adjudicación, en proceso licitatorio internacional, al consorcio Obrascon Huarte Lain Semaica.
El proyecto, financiado con un préstamo de la Corporación Andina de Fomento, el aporte municipal y la contribución y garantía del gobierno nacional, contempló la construcción de dos túneles. El primero, identificado como túnel No. 1, de 745,52 metros, cruza el cerro del Carmen desde la Av. Pedro Menéndez hasta la calle Boyacá, y el No. 2, de 540,50 metros, cruza el cerro Santa Ana, desde el Malecón Simón Bolívar hasta la Av. Pedro Menéndez. (Su terminación, que incluyó la construcción de viaductos, se previó para el 2002, como en efecto ocurrió)
El objetivo principal de la obra fue descongestionar el tránsito vehicular y, consecuentemente, volverlo más rápido con los consiguientes beneficios para conductores y usuarios del transporte masivo urbano. Como se sabe, las urbanizaciones del norte de la ciudad crecieron, e igualmente acontecía con las poblaciones de Eloy Alfaro (Durán) y Samborondón.
“Esta obra, como todas las que hemos iniciado, se terminará, ya que la totalidad de la contrapartida que tiene que aportar el municipio, por aproximadamente US$ 12’000.000, ya está depositada en una cuenta del Banco Central, como prueba de responsabilidad y cumplimiento, permitiéndole a nuestra querida ciudad ir hacia la conquista del mañana, dotada de un sistema vial que ha considerado el problema de la comunicación entre los sectores norte y sur, con particular referencia al área comercial, comprendida entre los cerros Santa Ana y del Carmen, las Avdas. Olmedo y Machala y el río Guayas, es decir,el verdadero centro direccional y comercial de Guayaquil”.
“Debo resaltar que en momentos de grave crisis para el país, cuando las plazas de trabajo han disminuido, cuando los hogares guayaquileños sienten lacerantes problemas de índole económico, esta obra, como todas las realizadas por el municipio de Guayaquil, demandará cientos de puestos de trabajo, dando ocupación a quienes frente a la paralización de la construcción buscan desesperadamente ingresos para sus hogares… No son obras de cemento solamente. Tienen alma, llevan adelante el sueño y la emoción de nuestros conciudadanos; son parte de un proyecto al que le hemos puesto nervio y corazón y que ha abarcado a todos los estamentos de la ciudad y de sus gentes”
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