Nada estaba hecho, todo había que hacer. ¿Por qué en el tema de los mercados habría de ser diferente? La venta informal, el funcionamiento de ferias libres, la ocupación de la vía pública, el desorden, el caos, la insalubridad, el maltrato a los usuarios y todo lo negativo era lo que reinaba en los mercados de la ciudad. Pero, por supuesto, el gobierno municipal decidió ponerle fin al problema, atacarlo y darle solución, como en efecto ocurrió. Puso en marcha un programa de reordenamiento que contemplaba la construcción, reconstrucción y remodelación de mercados.
En pleno corazón de la ciudad, el mercado ubicado en la Av. Machala, conocido como “el Pedro Pablo Gómez”, resultaba una vergüenza, no sólo que apestaba sino que por su condición de mayorista recibía anárquicamente todos los camiones procedentes de todo el país. De la misma forma, anárquica, se realizaba la descarga de los productos, la mayoría de los cuales terminaba en las cunetas y pozas de agua putrefacta. Cierto, esa situación no podía continuar, y de allí la resolución de que Guayaquil contara con una terminal de transferencia y comercialización de víveres; de un sitio apropiado de acopio al por mayor, que respondiera eficazmente a la demanda de comerciantes minoristas, formales e informales, de mercados y ferias libres.
Entonces, sobre una extensión de aproximadamente 10 hectáreas, se inició y se terminó la construcción de la primera fase de esta terminal, con 23.500 metros cuadrados de galpones. La terminal, ubicada al norte de la ciudad, entre la vía Perimetral y la Av. Marcel Laniado de Wind, colindando con la ciudadela Montebello, cuenta con una red de vías internas, además de oficinas para administración, cerramiento perimetral y todos los servicios básicos. Aquí, los alimentos que llegan en camiones son descargados, limpiados y distribuidos en camionetas a los mercados, tiendas de abarrotes, etc. De acuerdo con los cálculos realizados por especialistas, 500 camiones diariamente ya no tenían que ingresar a la ciudad, causar daños en las calles y provocar graves congestionamientos; aparte, 150 toneladas de basura diarias se dejaron de generar.
Esta obra “permitirá la llegada y descarga de los víveres en forma ordenada; con 12 andenes, con cerramientos, aparcaderos, salas de administración y recolección de desechos y un servicio acorde de instalaciones eléctricas y sanitarias… el funcionamiento de este gran centro de transferencia de víveres es de extraordinario beneficio para Guayaquil, que solucionará importantes problemas de tránsito pesado en la ciudad, y dará orden e higiene al cabal abastecimiento de sus mercados”. Además, la obra “incluye la construcción de la Av. Posequipa, que va desde la vía a Daule, a la altura del Km. 12, hasta el Km. 24 de la vía Perimetral, con 1.600 metros de largo y pavimento de hormigón, para soportar el peso de los vehículos pesados y extrapesados; tiene 4 carriles, parterre central, drenaje e iluminación”.
Mientras, la red de mercados, con el Caraguay a la cabeza, “sin duda el más grande del Ecuador, con 743 puestos de venta y aparcadero para 100 vehículos, áreas verdes, áreas administrativas, altamente funcional y totalmente equipado”, se evidenciaba con los nuevos Huancavilca, Las Esclusas y Guasmo, en el sur; Mascote, en el centro; Batallón del Suburbio, Brasil y la 32, San Vicente de Paúl e Isla Trinitaria, en el oeste; Sauces IX, San Francisco, Pascuales, Bastión Popular y la Florida, en el norte. Con la reconstrucción de otros cinco: Gran Colombia, Este, Oeste, Sauces IV y Mapasingue Oeste.
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