A principios de 1996, último año de su gestión como Alcalde, la ciudad había cambiado de aspecto y los guayaquileños, en multitudinaria manifestación le expresaron su deseo de que continúe en la alcaldía. Presentó entonces su candidatura a la reelección y en las elecciones celebradas el 19 de mayo, por votación nunca antes vista fue elegido para una segunda administración municipal.
Durante los cuatro años siguientes se repitió su extraordinaria labor y Guayaquil continuó con su crecimiento y desarrollo; a pesar de los problemas económicos logró cumplir con todos sus objetivos y, sobre todo, culminó los tramos principales de la obra más monumental que ha tenido Guayaquil en sus últimos cincuenta años: El Malecón.
Finalmente, a pesar de las insistentes peticiones de la ciudadanía le hizo para que se postule para un tercer período, consideró que ya había cumplido a cabalidad con la misión que se había impuesto, y el 10 de Agosto de 2000 culminaron ocho años de progreso y trabajo ordenado y serio, que fueron los que caracterizaron su administración.