Ser auténtico y frontal es una expresión de valentía, y nadie duda de la autenticidad de León Febres-Cordero, eso le ganó millones de seguidores, y unos cuantos enemigos. Pero no fue valiente solo para hablar sin tapujos lo que pensaba y creía, sino para asumir desafíos que marcaron un antes y un después en la historia del Ecuador. Como por ejemplo ser el primer presidente de Sudamérica en implantar la economía social de mercado, antes de León Febres-Cordero todos los productos tenían precios controlados por el Estado, lo que impedía el desarrollo de la productividad.
Antes de LFC solo había exportaciones no petroleras en la Costa, fue en su gobierno que la Sierra se convirtió en agroexportadora, y no solo en proveedora del mercado interno. Fue León Febres-Cordero quien enfrentó con mano dura a los grupos terroristas que pretendían hacer del Ecuador otro país sumido en violencia y miedo. Lo hizo con el apoyo de la nación, y el antagonismo de la Izquierda, tanto en el Congreso como en la prensa y en las ONGs.
Además de esto, León Febres-Cordero tuvo la hazaña de administrar el Estado cuatro años con presupuesto para tres, por la caída de los precios del petróleo, de 25 a 6 dólares, y la rotura del oleoducto que paralizó la producción siete meses, lo que mermó ingresos por más de 3.000 millones de dólares. Cumplió su compromiso de reconstrucción después del fenómeno El Niño de 1982-1983, hizo carreteras y caminos en todo el país. Construyó el hospital de niños Baca Ortiz en Quito; continuó proyectos hidroeléctricos, como la refinería Amazonas en el Oriente; la de Esmeraldas y el trasvase Daule-Peripa; la vía Perimetral en Guayaquil. En su Gobierno crecieron las exportaciones no petroleras, que en 1988 llegaron a los 1.800 millones de dólares, dos años antes habían sido apenas de 600.
En salud llevó adelante el programa de Medicina Infantil Gratuita, con el apoyo de su esposa Eugenia Cordovez. También se entregaron 101 mil viviendas (él había ofrecido 120 mil durante su campaña).
Fue la valentía y el amor de León Febres-Cordero por su ciudad natal lo que lo hizo entregar ocho años de su vida, cuando ya tenía toda clase de dolencias físicas, a la reconstrucción de Guayaquil en todos los sentidos, física y moralmente. La obra monumental de León Febres-Cordero en Guayaquil es, tal vez, lo que él habría podido hacer por el país, si hubiera tenido más tiempo y la oposición no hubiera sido tan obtusa e inconsecuente con los intereses del país. Como lo dijo él mismo “Fueron cuatro años que no pude dedicar el 100% de mis esfuerzos a trabajar por el país, sino que tuve que dedicar un alto porcentaje de mi tiempo a evitar que el Congreso me tumbe, porque tuve conspiraciones permanentes que terminaron con el famoso secuestro de Taura”.